El
cotidiano (increíble y poco disfrutado) espacio infinito,
Que se
expande y se luce frente a mis ojos,
Se pasea en mis alrededores triunfal,
En todos
ellos, perfecto.
¿Quién está
detrás de esa imagen perfumada?
¿Qué
muestras a diario, materia prima o sólo azulejos?
¿Eres
carne, hueso y alma o sólo muralla?
¡Ten cuidado
roedor de sistemas!
Atrás de
las murallas todo se oculta turbio,
Todo es
enredado como lana sobrante,
Todo es
siniestro cuan señor murciélago
Y al final,
querámoslo o no,
Sacamos a
relucir nuestras nauseas
Y al
enfrentar la luz se rompen los ladrillos,
Nos
desorientamos, nos desparramamos
Y en el
mejor de los casos nos barren,
Limpian el
ambiente de nuestro desorden,
Todos lo
harían, quizá sólo nos conserve nuestra madre.
Estrellas
fugases se presentan a mis ojos: veloces.
Ahí donde
veo no hay murallas,
Sería
imposible ocultar tanta magia.
Será.
Son
nuestras vidas completas que pasan: veloces
Dejando
manchas de luz en el sistema solar
Por pocos
segundos claro, después vienen nuestros hijos.
Será.
Peor es
nada.