EN LOS LÍMITES REALES Y PRÁCTICOS

En los límites reales y prácticos
No en los ontológicos
Perras
Vivo yo
Dijo el maestro Bolaño
En la estación
Caminando a paso lento
Con un cigarrillo en la boca

Porque no todos serán poetas
Aunque escriban miles de poesías
Como esta
Hechas de prosas maltrechas
Recortadas a diestra y siniestra
Como diría el mismísimo Parra
Agarrándose el pelo
Y repitiendo con sonsonete
Lo trágico que es no sembrar
Bolaño cruza la barrera del espejo
Y se encuentra con su salvador
Un Lihn taimado, astuto y gris
Producto de tanta fotografía en blanco y negro
En las que posó con los mejores
Robustos literatos de los 50’
Aunque al mismo tiempo renovado
Por eso de ya no tener que escribir
Sino que sólo cantar
Las líneas de letras por ahí
Y avanza rápido, despierto
Por los rieles brillantes de la terminal
Abraza a Bolaño, lo abraza del hombro
Le susurra al oído
Y ambos ríen
Retomando la marcha
Por el pasillo de azulejos azules
Que son otra vida
Un espejo que se curó de nada
Bolaño estornuda
Repasa en su mente
Las cien mil bibliotecas que leyó
Yo creo en la literatura
Como literatura
No como diario de vida
Jodidos principiantes
Como un mecanismo,
Como una máquina
Autosuficiente y grande
Y recuerda a Borges
Y estornuda otra vez
Y prosigue su charla
En la estación
Televisiva
Que lo hizo retornar tras 25 años
A la patria olvidada
Que no extrañó nunca
Porque sólo extrañó a algunas gentes
Y bebe agua
Presumiblemente vodka
Algunos dicen que no soy chileno
Pero mi pasaporte es chileno
Dice antes de despedirse
Para comenzar a vivir
Los escasos centímetros cuánticos
Que lo separaban de la memoria
De los poetas y escritores
Que antes que él fueron
Los mejores.